sábado, 20 de febrero de 2010

Liverpool con acento sevillano

Hasta el domingo pasado no había tenido ocasión de presenciar un directo de Los Escarabajos, la banda sevillana que ha recogido el repertorio de los Beatles como santo y seña de su trayectoria. Fue en la sala Toscana, de Alcalá de Guadaíra, pueblo que pide a gritos una programación musical coherente con su crecimiento urbano. La sensación dejada por estos seguidores de los Fab Four fue inmejorable. Es complicado asumir una tarea como la de emular a los Beatles (sin duda, tiene que pesar la carga de responsabilidad y la comparación), pero mayor tiene que ser la satisfacción que se obtiene después de recibir el aplauso de un público entregado, que ha coreado los temas y ha hecho decenas de peticiones. José Antonio Vaquerizo, Miguel Labrado, Benjamín Serrano y Enrique Sánchez tienen tal capacidad para mimetizarse con George, John, Ringo y Paul, que consiguen transportar al oyente a un espacio distinto. Su música funciona a modo de máquina del tiempo, con poderes mágicos para convertir por momentos un café cualquiera en la Caverna de Liverpool.
Según leo en la página web del grupo, ésta es la décimosexta formación de Los Escarabajos. Me imagino que algo tendrán que agradecer los actuales componentes a los anteriores, pues, a buen seguro, cada uno habrá aportado su grano de arena para hacer realidad este sueño sevillano, que se refresca constantemente con nuevos proyectos, desde que en 1993 iniciaran su andadura. Para 2010, se han propuesto culminar una gira titulada "One By One (Ontological Tour)", que consiste en presentar, una por una, las canciones que el cuarteto inglés nuncó interpretó en vivo. Un reto novedoso, que se suma a los nueve discos que tienen grabados, los continuos directos que ofrecen (una media de cien por año) y la presencia, desde 2003, como representantes españoles en la Beatle Week de Liverpool, donde se reúnen selectos fieles de la banda.
En el tiempo que trabajé en Abc, hace unos seis o siete años, tuve a un compañero en Cultura que no paraba de "sacar" a Los Escarabajos, dándole bola a sus conciertos y entrevistándoles (todavía lo hace). Una noche, a punto del cierre, recuerdo que el jefe de sección le lanzó una puya por su fijación con Los Escarabajos. Yo, como no los conocía entonces (no sé en qué estaría pensando), le di la razón en silencio. Pensaba: ¿qué tendrán éstos para que aparezcan cada semana en el periódico? Pero, ahora, después de haberlos escuchado, pienso que habría hecho lo mismo que aquel redactor: anunciar una y otra vez sus actuaciones. Por eso, a partir de ahora, intentaré redimirme de ese silencio y difundir el trabajo de Los Escarabajos. El próximo 3 de abril volveré a verlos en el mismo lugar, y, si tuviera tiempo y coche, me acercaba a Burgos para verlos esta noche en el mano a mano Rolling vs. Beatles que organiza la sala Hangar. Realmente, merecen la pena.

domingo, 14 de febrero de 2010

Sid y Nancy: feliz día de San Valentín

"Hay días en que valdría más no salir de la cama", dice Nacho Vegas en una de sus canciones ('Días extraños' - El tiempo de las cerezas). Y lo digo yo hoy, 14 de febrero, en el que se deben escuchar palabras tan surrealistas, declaraciones de amor tan impostadas, tan de película de serie b, que o bien te provocan risa, o bien te noquean para cuatro semanas, dejando una resaca difícil de superar. Una de esas absurdas dedicatorias románticas la he leído esta mañana en Internet: una chica le abría su corazón y su cerebro vacío a su chico ('Sid') diciéndole que quería ser su 'Nancy' y morir por él. Para los que tengan la suerte de no saberlo, habría que aclarar que esta adolescente se refería a Sid Vicious, bajista de los Sex Pistols, y Nancy Spungen, su groupie, considerados como los Romeo y Julieta del punk. Con perdón de Shakespeare.
Lo malo de estas confesiones de amor no son las personas, sino el crimen que se comete a la literatura. Hay quienes buscan metáforas de Bécquer y quienes se miran en el espejo del rock, en el manido "vive deprisa", tomando los ejemplos de personajes tan inefables como Sid Vicious, que, por no saber, no sabía ni tocar la guitarra, según cuentan algunos "compañeros". Jon Savage relata en England´s dreaming, la biografía de los Pistols, que Steve Jones tuvo que suplirlo en el estudio y que en varios conciertos se le apagaba deliberadamente el amplificador para que no fuera escuchado por nadie. Al parecer, se defendía medianamente en temas de tres acordes.
Tampoco era un genio Sid para la poesía. Tras la muerte de Nancy (según algunas versiones, asesinada por el propio guitarrista, tras una noche de desenfreno y drogas), éste le escribió unos versos que pronto aparecerán en los libros de texto de la ESO:

"Tu fuiste mi pequeña bebita,
y yo conocí todos tus miedos.
Busco la alegría abrazándote con mis brazos
y besando tus lágrimas.
Pero ahora te has ido.
Sólo hay dolor
y nada que yo pueda hacer.
Y yo no quiero vivir esta vida
si no puedo vivirla por ti.
A mi bebita, nuestro amor nunca morirá".

Qué le vamos a hacer. Es el día de las cerezas y yo ya me he levantado de la cama.