Repaso noticias y comentarios sobre Depeche Mode en Internet, sobre su gira "Tour of the Universe", y no encuentro más que confusión. En este asunto, como en tantos otros que circulan por la Red, la información brilla por su ausencia y es sustituida por miles de opiniones vertidas por seguidores y detractores del grupo. No existen datos claros y fiables que expliquen por qué la banda británica ha cancelado nada menos que 14 conciertos desde que inició la gira en Luxemburgo el 6 de marzo de 2009. Hasta la fecha, los argumentos aportados por Depeche Mode se han extendido a través de su página web y han reincidido siempre en el mal estado de salud de Dave Gahan. Poco más. Incluso se han generalizado diversas versiones sobre su enfermedad (al comienzo, se habló de una gastroenteritis; después, de un tumor de vejiga). Ante tal carencia de información y la escasa aportación de los representantes del grupo, o de sus propios componentes, el público tiende a sospechar y a decretar que algo "huele mal" en este "Tour of the Universe". Algunos se han atrevido a catalogarla como la "gira de la vergüenza"; otros, como el "fin de un ciclo".
Resulta arriesgado opinar cuando no se tienen datos al alcance. Más que arriesgado, es una temeridad lanzar juicios sobre una persona o un tema cualquiera cuando apenas se conocen unos datos. Sin embargo, esto no es más que una práctica habitual en los medios de comunicación y en la vida cotidiana que nadie va a solucionar, por más que lamentemos y despreciemos esa actitud. Todos hemos contribuido alguna vez a expandir un bulo, un prejuicio o una opinión negativa, sin tener la más mínima idea de lo que hablamos. Lo que sí resulta "legítimo", en cambio, es la duda ante la falta de información. O mejor, la sospecha ante la cerrazón y la negativa a aportar información..., dependiendo de los casos, claro está.
Resulta arriesgado opinar cuando no se tienen datos al alcance. Más que arriesgado, es una temeridad lanzar juicios sobre una persona o un tema cualquiera cuando apenas se conocen unos datos. Sin embargo, esto no es más que una práctica habitual en los medios de comunicación y en la vida cotidiana que nadie va a solucionar, por más que lamentemos y despreciemos esa actitud. Todos hemos contribuido alguna vez a expandir un bulo, un prejuicio o una opinión negativa, sin tener la más mínima idea de lo que hablamos. Lo que sí resulta "legítimo", en cambio, es la duda ante la falta de información. O mejor, la sospecha ante la cerrazón y la negativa a aportar información..., dependiendo de los casos, claro está.
En el asunto de Depeche Mode, es esta última postura la que domina. El público, que pagó su entrada para alguno de sus conciertos cancelados, tiene derecho a saber cuáles han sido los motivos y a sospechar si éstos no han sido lo suficientemente justificados. Puede parecer antiestético el término, pero el espectador se convierte en un "cliente" de un espectáculo por el que ha pagado y, a pesar de que el dinero se haya devuelto, no se siente totalmente recompensado si las razones esgrimidas para la cancelación son débiles.
Tras la anulación de los conciertos programados en Oporto y Sevilla en el mes de julio, muchas personas vieron cómo la gira continuaba con total normalidad, sin que el grupo hiciera el mínimo esfuerzo para restituir los directos en esas ciudades. Lo mismo ha ocurrido en Atenas, Estambul, Bucarest, Sofía, Belgrado, Varsovia, Riga, Vilna, Landgraf, Leipzig, San Francisco y San Diego. De todos ellos, sólo el de Leipzig acabó celebrándose al día siguiente. Hay dudas de que Dave Gahan estuviera aquejado por alguna enfermedad en esas citas. Existen sospechas de que un buen número de esos conciertos no iba a resultarle rentable al grupo y a todo su entorno, una maquinaria empresarial gigante. "Huele mal", para algunos seguidores, el hecho de que muchas de esas ciudades pertenezcan a países del Este de Europa, donde se atraviesa por una profunda crisis económica y, por tanto, no iba a asistir un procentaje rentable de espectadores. Incluso, algunos críticos musicales cuestionan la estabilidad del grupo, después de haber publicado un disco monótono (ésta sí es una opinión propia), respaldado por unas insuficientes ventas comerciales.
Algunos comentaristas hilan fino al decir que la gira europea era desorbitada, con un número de fechas excesivo para un grupo que había perdido el pulso de los directos y los viajes continuos. Los hay que se enorgullecen de conocerlos personalmente y pregonan el malestar de los músicos por esta gira y especulan que querían estar a la altura para las grandes citas, principalmente para los conciertos de Estados Unidos. Otros, más comedidos, se plantean que ésta es una buena oportunidad para que la banda se replantee su trayectoria y deje de forzar una propuesta musical agotada desde hace muchos años (desde el Songs of faith and devotion, diría yo). Pero, más allá de todos estos comentarios, lo cierto es que no hay nada claro. Para contarrestar esas críticas, algunos fanáticos defienden que Depeche Mode estuvo en Bilbao y en Valladolid con aforos presumiblemente más bajos que los que iba a encontrar en Sevilla y dieron la talla. Al parecer, Dave Gahan estaba en buena forma, casi rejuvenecido, según cuentan muchos asistentes.
El malestar de los espectadores que iban a presenciar el concierto de Sevilla ha aumentado todavía más al conocerse que el grupo ha programado un segundo concierto en Madrid para noviembre de 2009, además de los dos que ya tenía contratado en el Palau Sant Jordi de Barcelona. Quizás sea la escasa o nula "reputación" que tiene Sevilla como organizadora de este tipo de eventos, habrán pensado los escépticos. Aunque sin ir más allá en el asunto. Todo ha quedado sin una respuesta concreta, sin que abunde la información. Y mientras tanto, se acumulan las dudas, las sospechas y los comentarios hostiles en torno al grupo, que resta credibilidad y ensombrece su imagen pública, a pesar de la defensa a ultranza de sus seguidores más fieles.
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