"No entendí si vas a ser libre o esclava, / no entendí si fui tu dueño o un borracho que pasaba, / soy grande pero tengo algo que aprender, / es el día mundial de la mujer". Lo cantaba Calamaro en Honestidad brutal (1999) y me viene al pelo para el blog y para lo que se cuece hoy en los medios. A ver: he despertado con la radio encendida (una vez más) y he oído a la directora del Instituto Andaluz de la Mujer, invitando a que sea visitada su sede, "la casa de todas las mujeres andaluzas"; he abierto el periódico y he leído historias de mujeres-heroínas que piden comprensión y respeto; he puesto la televisión y he visto la pantomima de los políticos subidos al estrado rodeados de mujeres, unos echándose flores por todo lo conseguido (¿?) y otros diciendo que no es suficiente (curioso lo de estos últimos, que miran para otro lado cuando se pronuncia la palabra "aborto").
Con este panorama y este bombardeo, parece que no tengo otra opción. Hoy hay que hablar del Día Internacional de la Mujer ("el día de la mujer mundial", en versión de Calamaro). Mañana, a otra cosa, según marque el calendario de la ONU. Ya me iré preparando los temas. En marzo, por ejemplo, tenemos, además del Día Internacional de la Mujer, el Día Internacional por la Eliminación de la Discriminación Racial, el Día Mundial del Agua y el Día Internacional para el Recuerdo de las Víctimas de la Esclavitud y la Trata Transatlántica de Esclavos. Haré el mismo ejercicio de cinismo que los medios y los partidos políticos: cogeré unas cuantas cifras, unos "casos reales" y expondré mis conclusiones, siempre comprometidas y reivindicativas.
Puestos a reclamar cosas que después no se cumplen, podrían denunciar también el machismo que existe en el mundo de la música y, sobre todo, en el rock. El cliché del tipo duro, que viste ropa de cuero negra, que escupe mientras canta y que utiliza el mástil de su guitarra eléctrica como la prolongación de su pene, aún se conserva. En el rock, las mujeres quedan relegadas a un segundo plano, forman parte del decorado, gritando en el público, como groupies o coristas. Si quieren un papel protagonista y tener éxito, deben adoptar patrones masculinos, a lo Patti Smith o a lo Janis Joplin. O bien, ser bellas y cándidas musas que inspiren a sus poetas-rockeros, tipo Nico con la Velvet o con Jim Morrison.
Las historias de Patti Smith, Joplin y Nico son bastante ejemplares. Puede que les dedique una entrada dentro de poco. O mejor espero hasta el año que viene, cuando se celebre otra vez "el día de la mujer mundial".
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